historia de la palomera

La Palomera es un barrio, mayormente residencial, ubicado sobre una colina hacia el sur del pueblo colonial de Baruta, que se remonta a la presencia española en Venezuela. El terreno que actualmente ocupa La Palomera fue propiedad de la Iglesia Católica. Las primeras casas fueron construidas en 1937, año oficial de su fundación, y hoy se extienden sobre 16 hectáreas. Progresivamente los habitantes añadieron entre 2 y 4 pisos, creando una densidad poblacional que alcanza 436 personas por hectárea, una de las más altas de Caracas.

A pesar de que La Palomera ha existido por más de 80 años, más tiempo que gran parte del territorio caraqueño, no es reconocida como parte de la ciudad. No hay señales de tránsito que indiquen su dirección, y la calidad de los servicios es inferior al que recibe el resto de la ciudad. Éste es el caso en todos los barrios de Caracas, a pesar de que constituyen el hogar de más de la mitad de la población urbana.

Muchos habitantes de La Palomera son descendientes directos de los fundadores de la comunidad. Los pobladores, a menudo de la misma familia, crearon grupos de viviendas que crecieron y se convirtieron en los nueve sectores que hoy componen La Palomera: La Acequia, Barrialito, Las Brisas, La Ceiba, Copacabana, La Cruz, Santo Domingo, Fundadores y Piedra Pintada. La cultura de La Palomera está estrechamente vinculada a las tradiciones religiosas e históricas de Baruta, incluyendo las celebraciones de la Paradura del Niño y la Cruz de Mayo. Los vecinos también son grandes conocedores de plantas y tienen frondosos jardines de flores, vegetales y especies medicinales que cultivan para su consumo.

Celebración de la Fiesta de Fundadores (2019)

En el 2018 empezamos la programación de Integración en Proceso Caracas junto con la comunidad, Ciudad Laboratorio, la Alcaldía de Baruta, artistas, periodistas, educadores, diseñadores y una gran red de organizaciones con el fin de invitar a los ciudadanos a pensar su ciudad desde otras perspectivas y a ensanchar su mapa mental de manera de incluir a los barrios en él. El barrio es parte integral de la ciudad, y debe ser reconocido como tal. A lo largo de año y medio organizamos múltiples eventos y excusas para que los ciudadanos conocieran La Palomera: caminatas, juegos de bolas criollas, celebraciones, bailes, conciertos, ejercicios de mapeos y una exhibición que buscan reconocer a La Palomera (y a todos los barrios) como lo que son, parte activa de la ciudad. La naturaleza orgánica de la programación, y la intensa participación de la comunidad nos abrió las puertas para continuar un proceso de transformación hacia una ciudad más amable, más incluyente y más completa.